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No Temas
Reinaldo L. García Pérez
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
– Isaías 43:1
El miedo es una emoción. Todos la sentimos. En algún momento, en alguna forma la hemos experimentado. Sentimos miedo o experimentamos temor porque nos sentimos vulnerables ante una situación. Aquí se refiere a la persona que tiene la capacidad de enfrentar, soportar o resistir pérdidas, daños, sufrimiento o cualquier amenaza ante un momento determinado
¿Por qué sentimos miedo?
Porque ante una situación estamos sensibles. Nos percibimos débiles o frágiles ante cosas que no podemos controlar. Nos sentimos inseguros o indefensos.
¿Qué hace el miedo? El miedo paraliza, nos detiene. No avanzamos.
Un abuelo contó una linda experiencia. Su pequeña nieta estaba jugando en el patio cuando llegó un perro bravo. La niña corría y gritaba, huyendo. El perro le enseñaba sus dientes y no cesaba de ladrarle.
La niña temerosa y asustada corrió a los brazos de su abuelo. Pero algo ocurrió. La niña miró a su abuelo que le sostenía y miró al perro. Volvió a mirar a su abuelo y de nuevo, miró al perro. Aunque el perro continuaba ladrando y enseñando sus dientes. La niña mira al perro y con toda confianza le dijo: ¡Na-na, na-na-na!
El perrito era el mismo, seguía ladrando y enseñándole los dientes, pero algo era diferente: “estoy en los brazos de papá”. Nadie te podrá hacer frente cuando estás en sus brazos. Porque Él está contigo. Porque Él es tu guardador.
¿Qué nos da seguridad?
Escucha:
El Salmo 23:4 dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. (RV1960)
Piensa:
Cuando enfrentas situaciones difíciles y te producen miedo parecen Sombra de Muerte. Son como tinieblas que no te permiten ver la realidad con claridad e infunden incertidumbre.
Y contra eso dirás:
No temeré mal alguno. Aunque me enfrente a la peor situación, no estaré pensando en cosas terribles. La ansiedad altera nuestras percepciones y en ocasiones las exagera.
En algún momento, vamos a enfrentar situaciones con amigos, conflictos con familiares o vecinos. Ante esos desafíos no temeremos. Juan 16:33 expresa: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
¿Cuál es la razón de tal seguridad?
Tú estarás conmigo. La presencia de Dios. Él nos ha dicho: “No te dejaré ni te desampararé”. “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Dios nunca nos abandona. Jamás te dejará desamparado.
Vendrán días difíciles, situaciones que no podemos controlar, pero Él estará con nosotros.
Su presencia es el regalo más grande. Su presencia llena nuestro corazón disipando los temores y las angustias. Refúgiate en sus brazos. NO TEMAS.
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