Hombre

Acercarse al Padre nos cambia porque solo Él sabe el tiempo perfecto. Solo Él tiene la respuesta; solo Dios tiene la solución.

El siervo de Cristo vive por convicción, anclado en la verdad de la Escritura. Quien vive por emociones y apariencias se deja llevar por cualquier corriente que aparezca.

En medio de la situación que vives, el Espíritu de Dios se mueve y actúa. Es el Espíritu de Dios quien toca tu corazón y te llama.

¡Levántate y regresa a casa! Los brazos del Padre te esperan.

Hoy, el Santo Espíritu de Dios nos hace un llamado relevante y pertinente: “escudriñemos nuestros caminos”.

¿Te sientes agotado, angustiado y abatido? El descanso, el reposo que necesitas no es un lugar; es una persona, CRISTO.

Recuerda, nuestra respuesta es importante, pero más importante es quién nos llama. Caminemos reconociendo quién nos sostiene.

Los “no” de Dios son necesarios en momentos de nuestras vidas. Son un claro llamado para estar en sintonía con Su voz.

Testifique lo que Dios hace en su vida. No se avergüence de compartir el amor de Dios y asegúrese de que todos vean en usted a Cristo.

No te conformes a los pensamientos y acciones de este mundo. En un acto de culto racional, cede todo tú ser hacia Él. Serás transformado por medio de la renovación del entendimiento.

Dios conoce todas nuestras necesidades. Acercarse al Padre nos cambia porque solo Él sabe el tiempo perfecto.

Es mi oración, que no nos conformemos con adorar de oídas, sino que tú y yo adoremos como Job, maravillados por Su Presencia.

Con humildad y sencillez de corazón vivamos para exaltarle reconociendo que el grande y poderoso es él.

¿Qué tienes en tu mano? Recuerda: “no es lo que tienes sino en las manos de quien estás”.

Cuando Dios hace preguntas no es porque desconoce la respuesta. Cuando Dios hace preguntas es para que sepas, advengas a conocimiento.

¡Que nuestras vidas edifiquen a todos los que nos rodean! ¡Seamos líderes con el ejemplo!

Qué tal si corremos ante el Padre. Sí, así como estamos. Tal cual somos. Qué tal si nos acercamos a Jesús con la actitud correcta y le expresamos: ¡TE NECESITO!

El salmista nos anima, no importa cuál sea tu situación o necesidad, a alzar tus ojos. ¡Poner tu mirada en Dios, es un poderoso acto de fe!

Qué tal si corremos ante el Padre así como estamos. Qué tal si nos postramos ante El con la actitud correcta

¡Que hermoso es saber que en Dios está nuestra confianza! ¡Que él es nuestra paz en medio de la tormenta!

Bendición es reconocer lo bueno que Dios nos ha dado.
Qué tal si hacemos una pausa en nuestras agendas para reconocer a Dios y las bendiciones que nos brinda.

Nos describe el apóstol Lucas que varias mujeres llegaron temprano en la mañana hasta el sepulcro.

Vivamos por Cristo y para Cristo. Que el mundo vea en ti y en mí las virtudes de aquel quien nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Cristo, el Cordero de Dios vino para hacer la voluntad del Padre – Salmo 40:6-8.

¿Te permite Dios ver alguna necesidad? ¿Te inquieta Dios por algo? Quizás no lo habías considerado, pero tu y yo somos la respuesta de Dios por la oración de alguien.

Aférrate a lo que Dios te ha prometido. Él te hará fructificar en medio de tu aflicción.

Las palabras tienen poder porque lo que expresas puede edificar o destruir. Es una gran responsabilidad.

¿Consideras desistir? Antes de rendirte, examina si tus pensamientos y actitudes están en sintonía con los planes de Dios.

Para conocer a Dios es necesario interaccionar con Él. Deleitarse es disfrutar, encontrar agrado, placer. Cuando reconoces a Dios y le das el lugar que le corresponde, Él se ocupa y concede las peticiones de tu corazón.

Emprender, según el diccionario significa dar principio a una obra o empresa. El emprendedor tiene iniciativa y exhibe compromiso con sus acciones.

Dios es nuestro padre. En Dios tenemos un Padre amoroso. No desea que vivas en desorden.

Y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes. Estos sabios, reconocieron, creyeron, buscaron y encontraron al niño Rey.

Hoy emprendemos la iniciativa de compartir reflexiones bíblicas para el crecimiento y edificación del Cuerpo de Cristo. ¡A Dios sea la gloria!