Un Nuevo Día
Fernando Crespo Bello
«Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto no seáis insensatos, sino, entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.»
– Efesios 5:16-17
Amado hermano, cada día que pasa tiene una nueva bendición y es aquella que te permite tener vida. La vida que tenemos cada uno de nosotros, tiene un término, que sólo el Señor lo sabe. Sin embargo; vivimos como si tuviésemos mucho tiempo para lograr nuestras metas, que no necesariamente es correcto.
Uno de los errores que cometemos, es creer que nuestro mañana está asegurado. La Palabra nos dice de la siguiente forma: “No sabéis lo que será mañana”. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. (Ref. Santiago 4:14)
Además nosotros pensamos que tenemos tiempo de sobra para hacer la voluntad del Señor, pero Jehová es quien tiene el control de nuestro tiempo.
La mayoría de los creyentes viven pensando que pueden dar tiempo al tiempo para solucionar sus problemas y necesidades y es un error, porque para cumplir con la voluntad del Señor no se necesita añadir más tiempo al que nuestro Señor nos ha otorgado. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: “Mañana será otro día, así que tendré tiempo para resolver”?
Cada día es una oportunidad que Dios nos permite vivir en él, para hacer su voluntad. El salmo 118:24 nos dice:
“Este es el día que hizo Jehová;
Nos gozaremos y alegraremos en él.”
Por lo tanto; cada segundo de vida, es del Señor y para el Señor.
Y en estos tiempos finales, no debemos vivir como el mundo vive, sino buscando a todo aquel que va caminando por caminos de muerte. Somos los instrumentos de salvación del Señor para llevar las buenas noticias.
Cuenta la historia de una anciana, muy probada en su vida, que había grabado este texto en una de las ventanas de su casa y decía: “Este es el día que el Señor hizo; estaremos alegres “. Un pastor que la visitaba le preguntó la razón de tener el texto allí. Ella respondió: Bien, se lo voy a decir: No señala ningún día especial. Es que cada día, al igual que todos los días, son cosa suya. En vez de preocuparme por algunos de ellos en particular los voy aceptando todos. Cada mañana, cuando abro la ventana, lo recibo como un día que Él me envía y así lo vivo contenta y alegre.
Amado, es un nuevo día, aprovéchalo como si fuera el último. ¡Bendiciones!
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