Obedecer a Dios es la clave
La sabiduría está accesible a todos.
Es muy lamentable que muchas parejas caen en un estado de supervivencia y rutina porque el amor ha dejado de ser la esencia principal de su relación.
El matrimonio es un reflejo de mi relación con Cristo. Por eso es importante mantenernos buscando de Dios, su dirección, guianza y su consejo. Amar es una decisión, no es una emoción
En un matrimonio los esposos se dan prioridad a ellos en amor, unidad, comunión, respeto, lealtad, fidelidad y comunicación.
El honrar a nuestro cónyuge, amarlo y respetarlo nos llevará a experimentar el reino de Dios y traerá una transformación no solo en nuestros matrimonios sino en nuestras vidas individualmente.
El matrimonio está compuesto de dos personas. Es responsabilidad de cada uno, ser el compañero ideal para el otro.
Si estás pronto a casarte, medita bien esa decisión, porque no es un juego. El matrimonio es un acto sagrado que fue instituido por Dios para toda la vida. Si estás casado, aprende a fortalecer y cuidar tu matrimonio, fundamentándote en La Palabra de Dios.
Ama a Dios, ama a tu pareja, ama a tus hijos, no hay nada mejor que emplear nuestras vidas.
Entre algunos de nuestros deberes como padres también está el ser un reflejo de lo que representa un matrimonio saludable y estable.
¿Eres de los que llevan buenas noticias o de los que llevan mensajes que no edifican? Seamos cuidadosos con los mensajes que compartimos a los demás, con ellos podemos sembrar vida o muerte.
Reírse aún cuando las cosas no sean como queremos, demuestra que descansamos y confiamos en el Dios que todo lo puede.
El matrimonio está compuesto por dos personas que tienen criterios independientes. El reto es poder llegar al común acuerdo, aun en medio de nuestras diferencias.
Hay situaciones difíciles, Dios lo sabe. Pero, hoy te exhorta a que seques tus lágrimas y te animes porque es Dios mismo el que te dará la fortaleza que necesitas.
Como matrimonios tenemos que ser cuidadosos con lo que sembramos en nuestra pareja. Tanto con nuestras palabras como con nuestras acciones
Piensa, cuántas veces durante el último mes le has dicho a tu esposo o esposa: “Mujeres/ Hombres buenas(os) hay muchos, pero tu eres la/el mejor de todos”
La Biblia nos enseña a través de la acción de Jesucristo que el amor hay que decirlo en palabras y en acciones.
En varias ocasiones Dios nos lanza el reto de ser diferentes. De ser lo que Cristo fue y nos modeló a nosotros. Ser ejemplos de su amor accionado.
Los matrimonios y los núcleos familiares por su propia composición van a tener conflictos. Sin embargo, Dios nos llama a que aun en nuestras diferencias, mantengamos la paz entre todos y mostremos su amor sobre todas las cosas.
Dios quiere que edifiquemos hogares cimentados en Él. Dios quiere que edifiquemos primeramente nuestro templo espiritual. Nuestra relación como matrimonio tienen que estar primeramente fundamentadas en Cristo y luego lo demás seguirá llegando.
Comenzamos un camino de forma tranquila, esperando que todo salga bien, que todo esté tranquilo, pero a todos nos llegan momentos difíciles o de tormentas inesperadas. Es en esos momentos, cuando no debemos quitar nuestra mirada de la meta; la salvación.
Cuando vemos, es fácil creer que recibiremos, pero… ¿qué pasa cuando no vemos? Ese es el momento donde debemos confiar plenamente en Dios.
Los actos de amor, confianza y compromiso son esenciales en las parejas. José y Maria son un gran ejemplo de ello. Por su actuar fueron benditas todas las naciones.
Dios quiere escuchar de nuestros labios que confesemos que Él es el Señor.
Me gusta pensar que más temprano que tarde, mejores días vienen en camino y quiero estar preparado para ser el primero en la fila cuando estos días lleguen.
Tenemos que aprender a manejar nuestras emociones como adultos responsables, de lo contrario será sumamente perjudicial para nuestra salud y nuestra sana convivencia, pero aún puede ser peor para la de los niños y su sano desarrollo.
Hoy te invito a que hagas un plan de gratitud por 30 días. Este plan consiste en escribir una razón distinta por la que das gracias para cada día por 30 días. Cada mañana cuando veas tu plan aprovecha para agradecer.
El matrimonio no es como Hollywood lo pinta: “se casaron y vivieron felices eternamente”. El matrimonio debe ser el ejemplo en la tierra de la relación de Cristo y la Iglesia.
Como esposas y esposos es hermoso poder tratar a nuestro cónyuge de manera especial como para Dios.
Como matrimonios debemos trabajar en activar nuestra fe y creer que Dios cumplirá su propósito en nuestras vidas
Debemos reconocer nuestra ofensa y pedir perdón a Dios y a nuestro cónyuge si le hemos ofendimos.
El Señor nos enseña a través de su palabra a conversar correctamente.
Reconozco que he sentido temor durante este tiempo, como todos, pero ha llegado el tiempo de abrir nuestro corazón plenamente al Señor y reconocerle como un Dios fiel que cumplirá sus propósitos en cada uno de nosotros.
Una de las frases más sencillas y poderosas en el matrimonio es GRACIAS. En ocasiones nos acostumbramos a ciertas cosas y damos por sentado que las merecemos, pero lo cierto es que hasta por despertar y respirar debemos darle gracias a Dios cada nuevo día.
“Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” – Jeremías 31:3 Hoy al despertar pensaba en el amor de Dios para conmigo, un amor sin condiciones, un amor inmerecido, donde no hay nada que pueda yo hacer para ganarlo. A Él le plació amarme y dar su vida por mi. El …
La biblia nos advierte para que evitemos ofender y herir a otros, sobre todo, a este ser especial en nuestras vidas, a nuestro compañero de viaje. ¡Dios les bendiga!
En el matrimonio, desearíamos, todo marchara, según Dios lo diseñó y así debería de ser, pero la realidad es que somos dos pensamientos, dos corazones y podemos diferir en opiniones; lo importante es evitar desquitar nuestro coraje o momento de debilidad con nuestro conjugue.
Es necesario tener en nuestra pareja un compañero de oración.Durante el día tenemos afanes y compromisos por lo que orar juntos en la mañana nos da las fuerzas para enfrentar el día. Nada se compara con ese momento.
En este 2020 nos hemos abstenidos de hacer nuestra actividad favorita que es hacer un detente, cambiar nuestras rutinas y salir de vacaciones. Sin embargo, aunque no tuvimos las vacaciones tradicionales; estas han sido unas muy especiales y sé que redefinirán las futuras.
A veces simplemente esperamos que el Señor obre con poder en nuestras vidas, pero se nos olvida activar el poder que llevamos dentro.
El perdón es un paso necesario para una mejor calidad de vida matrimonial. Perdonar no es olvidar o sufrir de amnesia. Perdonar es ser libres del dolor o de cualquier sentimiento que nos produjo esa herida.
“Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.” Colosenses 3:14
El matrimonio sigue evolucionando hasta llegar a un amor tan fuerte donde encontramos alto grado de compromiso y fidelidad.
Muchas veces las parejas fallan porque no siguen este principio de dejar y unirse.
Como esposos tenemos el compromiso de no abusar de la responsabilidad que Dios nos ha dado
La vida en matrimonio es una muy compleja. Somos dos personas con costumbres, ideas, formación, sueños y anhelos distintos.
Reflexionemos sobre la fragilidad de la vida y que haremos hoy diferente para aprovechar el gran regalo de Dios.
La experiencia de la cuarentena nos ha marcado a todos y los matrimonios no han sido la excepción.