Cristo Es La Roca

«Jehová, roca mía y castillo mío y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.»

– Salmo 18:2

Amado hermano, cuando Jesús le dijo a sus seguidores las siguientes palabras: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”. (Mateo 7:24) ¿Qué realmente quería decir?

Para poder entender debemos analizar dos términos: “Casa y Roca“.  La definición bíblica de casa, es el lugar que se edifica para morar contínuamente y proteger la familia. Y cuando hablamos de roca significa total confianza y seguridad en Cristo.

Por lo tanto; todas las casas (Hogares) de las personas, que han aceptado a Jesucristo como Salvador y Señor, deben estar cimentadas sobre esa Roca que se llama, Jesucristo.

Cuando el Señor es el centro de tu familia, no importa la dimensión del problema que puedas tener. Puede llamarse problemas financieros, problemas de familias, de salud, sentimentales, crisis política y social, desastres naturales o cualquier otro, podemos estar seguros, que ninguno de ellos podrá derrumbar tu casa.

Cristo es la Roca, en la cual puedes estar firme.  Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en la tribulación. Por lo tanto; no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas y tiemblen sus montes, a causa de su braveza (Salmo 46: 2-3).

Cuenta la historia de un hombre que viajaba en una pequeña embarcación y fue azotado por una tormenta. Los fuertes vientos destrozaron todo y quedó desprovisto de seguridad. pero logró llegar a una enorme roca que sobresalía del agua. Con mucho esfuerzo logró escalar la roca. Pasaron muchas horas y los embates de las olas y el frío le hacían temblar. Cuando finalmente fue rescatado por un amigo, este le preguntó: ¿No temblabas de espanto por estar tantas horas en tan precaria situación?  ¡Claro que temblaba, pero esta roca no se movía, por lo cual me sentía a salvo! – contestó el náufrago.

Amado en este día recuerda que Cristo es la Roca inconmovible de los siglos. ¡Dios te bendiga!

Reflexión Recomendada: Agradecimiento