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El Amor En El Matrimonio: Madurando con el Tiempo
Félix Muñoz
Diácono de la Iglesia Bautista Resurrección de Kissimmee, FL
«…sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios»
– 1 Pedro 3:3-5
Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios (1Pe 3: 1-4).
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1Pe 3:7).
Mujeres y hombres a lo largo de la historia han unido sus vidas atraídos desde un principio por el atractivo aspecto de su pareja; que si los ojos y la forma en que te mira, o la boca y como te halaga con sus palabras, o lo bien proporcionado y esbelto de su figura, y así. Toda la atracción del uno hacia el otro se basa en lo que ves. Una cara linda en un cuerpo lindo.
Debemos pensar, especialmente si estamos en edad de buscar pareja, que no importa tanto lo exterior como lo interior. El tesoro más valioso siempre está en lo profundo del edificio que lo contiene, no en sus paredes.
Una relación sentimental, como es la del matrimonio, con un noviazgo previo, no debería basarse en el entendimiento y la relación que la pareja tenga basada primordialmente en el aspecto físico. ¿Por qué? Pues, porque eso tiene una duración de algunos años solamente, y cuando el atractivo físico empiece, como las bellas flores, a languidecer ¿qué le espera a esa relación? Probablemente nada por lo cual mantenerse unidos. No importa los años que hayan permanecido atraídos por la belleza de los dos o de uno de ellos, es seguro que habrá muchas cosas que desconocerán el uno del otro. El amor entre un esposo y su esposa se basa más que en ninguna otra cosa, en cuanto conocen del corazón de la persona con la que comparten la vida. El amor de esposos en el matrimonio, es como el aprecio por las grandes obras de arte y los tesoros, adquieren su mejor valor y esplendor con el paso de los años.
El que te sientas atraído o atraída hacia alguien es importante, normalmente es la manera en cómo empiezan la mayoría de las parejas a relacionarse. Sin embargo, no es lo único ni lo que más importa. Una cara bonita o una atractiva figura no van a servir de mucho cuando uno de los dos necesite el apoyo y la comprensión del otro en los momentos difíciles y de crisis que la vida nos suele proporcionar en algunas ocasiones. No es la belleza lo que vas a buscar en esas situaciones de dolor y depresión emocional en la que te encuentres. Es el amor, la comprensión, la ternura y la compañía del ser amado lo que vas a desear con todo el corazón que tu pareja te brinde sin importar como luzca en su exterior. Es en su interior, en su corazón, donde buscarás lo mejor de la persona para apoyarte en ello. Es en el trato amoroso y respetuoso de cada día donde encontramos el mejor regalo que el amor de una pareja de novios o de esposos, se revela como un don de Dios para ellos y para su familia.
Ama a Dios, ama a tu pareja, ama a tus hijos, no hay nada mejor que emplear nuestras vidas.
Que Dios te bendiga.
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Amén !! Nada es más importante que amar a Dios y a la familia