Home » El Conflicto
El Conflicto
Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto
Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos.
– Romanos 12:18
El conflicto ha existido durante toda la vida del ser humano. El Diccionario de la Lengua Española, indica que la palabra conflicto procede de la voz latina conflictus y que significa “lo más recio de un combate, punto en que aparece incierto el resultado de una pelea, antagonismo, pugna, oposición, combate, angustia de ánimo, apuro, situación desgraciada y de difícil salida”.
Dado que todas los matrimonios y familias en algún momento de sus vidas enfrentan conflictos, hoy quiero aclararles este concepto que a veces es mal utilizado:
El conflicto es algo ineludible en la naturaleza humana y puede existir o no con una expresión violenta de las incompatibilidades sociales que genera.
El conflicto por sí solo no tiene características negativas ni positivas, lo importante es afrontarlo para tratar de seleccionarlo o modificarlo.
El conflicto cumple con una función social que permite el avance de la propia sociedad y su desarrollo, siempre que se solucione de manera pacífica.
Para solucionar el conflicto se requiere voluntad de las partes y diálogo.
Las partes (familia, esposos, amigos, compañeros) en un franco diálogo y honesto pueden buscar resolver sus controversias, con la mejor alternativa para las partes para satisfacer sus intereses y necesidades.
Para lograr un consenso las partes deben abandonar sus posiciones y pretensiones para buscar intereses comunes que satisfagan sus expectativas.
En la Biblia se reconoce que puede haber momentos de situaciones conflictivas fuertes, pero aun en medio de ellas, tenemos que tener cuidado de nuestras acciones para no pecar contra Dios ni abrirle puertas al enemigo en nuestras relaciones.
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.”
(Efesios 4:26-27)
La Biblia, también nos insta a vivir en paz con todos, hasta donde nos sea posible.
“Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos.”
(Romanos 12:18)
Los matrimonios y los núcleos familiares por su propia composición van a tener conflictos. Somos individuos con formas de pensar diferentes, personalidades diferentes e incluso intereses diferentes. Todo eso de por sí puede crear incompatibilidad entre nosotros. Sin embargo, Dios nos llama a que aun en nuestras diferencias, mantengamos la paz entre todos y mostremos su amor sobre todas las cosas.
Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz.
(Efesios 4:2-3)
Podemos diferir, pero esas diferencias nunca nos debe llevar a una acción violenta ni ofensiva hacia los otros. Recordemos que para resolver los conflictos todos tienen que ceder algo de su posición original. Todos estamos llamados a sacrificarnos por el bien de los demás.
“Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.”
(1era Corintios 10:24)
Reflexión Recomendada: ¿Sobre qué Edificas tu Casa?
Compártelo