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¿En Quién Está Puesta tu Confianza?

Reinaldo L. García Pérez

Reinaldo L. García Pérez

Que el Dios de la esperanza os llene de todo el gozo y la paz al confiar en él, para que podáis rebosar de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Romanos 15:13
En las situaciones adversas, somos probados.  Es en los momentos difíciles descubrimos realmente quienes somos.  Porque demostramos en qué confiamos y en quien está puesta nuestra esperanza.
La primera parte del versículo 13, el apóstol expresa: Que el Dios de la esperanza os llene de todo el gozo y la paz al confiar en él,
Dios es la fuente de nuestra esperanza.  Él es quien nos da seguridad.  El anhelo, el deseo del apóstol es que disfrutemos del gozo y la paz que solo Dios puede dar.  El producto, el resultado de creer, es sentir gozo y paz.  Cuando ponemos nuestra confianza en Dios, Él nos llena de todo gozo y paz.  Cuando utiliza la palabra “llene” se refiere a que Dios nos inunda de gozo y paz.
¿En quién está puesta tu confianza?
El Salmo 91:1-2, expresa: El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
El salmista expresa: “el que habita…morará”.  Tú tienes la opción de escoger donde habitas.  En la adversidad ¿Quién te cubre?  En la incertidumbre ¿Quién te protege?  Ante lo inesperado ¿Quién te guarda?
¿En quién está puesta tu confianza?
En momentos de oscuridad…cuando no podemos ver con claridad, necesitamos luz (entendimiento). Cuando confiamos en Su palabra y descansamos en Sus promesas, tenemos convicción. La convicción en Su palabra nos da certeza, nos guía y nos mantiene optimistas.  La convicción en Su palabra nos motiva para actuar, aunque enfrentemos lo contrario.
Me recuerda una anécdota de un pueblo que estaba sufriendo una gran sequía.  Su economía dependía de la producción y distribución agrícola. La sequía estaba afectando toda la población y amenazaba el bienestar de las familias. Los pronósticos no eran favorables por lo que comenzaron a desesperarse.
Alguien sugirió realizar un evento de oración.  Los líderes religiosos coordinaron reunirse en la plaza pública convocando a toda la población.
Llegaron a la plaza pública el día y la hora acordada.  Comenzaron la jornada con diferentes dinámicas de oración.  De pronto, comenzó a nublarse el cielo. La gente continuaba orando fervientemente, cuando comenzaron a sentir gotas de lluvia.
La población comenzó a correr para evitar mojarse.
Pero en medio de la plaza, quedó una niña quien se refugiaba de la lluvia, bajo su pequeña sombrilla.
¿Qué aprendemos? ¿Qué lección nos da esta niña? Lo que expresa, Hebreos 11:1 – Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Cuando Dios te permite vivir una experiencia, andar por un derrotero diferente al que has imaginado o querido, Dios tiene propósito. El cumplirá Su propósito en tu vida. En vez de preguntarle: ¿Por qué, Señor? Qué tal si reformulamos la pregunta: ¿Para qué, Señor?
Dios quiere mostrarte algo de Él que no conocías.  Dios quiere que le conozcas. Que descubras de Él algo nuevo, para Su gloria.
¡Serás testigo de Su poder!
¡Serás testigo de Su obrar!
¡Serás testigo de Su gloria!
 
Que este día sea el inicio de un nuevo caminar con Dios.
 

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