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Enfrenta el Desafío

Enfrenta el Desafío
Reinaldo L. García Pérez

Reinaldo L. García Pérez

Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?
– 1 Samuel 17:26
En la vida enfrentamos situaciones que implican un desafío. Un desafío se define como: Situación difícil o de alto riesgo con la que alguien se enfrenta. Nuestra respuesta dependerá de cómo percibimos e interpretamos el mismo.
El ejército de Israel estaba listo, ubicado en orden de batalla contra el ejército filisteo, pero enfrentaron a un gigante al cual no estaban preparados.  Saúl y sus hombres de guerra se turbaron y tuvieron miedo.  Es natural sentir temor al exponernos ante lo desconocido, pero es diferente permitir que el temor nos domine.
Saul y su ejército estaban impresionados con Goliat y sus expresiones.  Nuestra reacción está grandemente vinculada a lo que vemos y escuchamos. 
David se presentó al campo de batalla por instrucciones de su padre Isaí.  Presenció cuando el imponente Goliat se dirigió al ejército con expresiones intimidantes.  Pero David no se amilanó.
David no era un hombre de guerra sino un muchacho que pastoreaba las ovejas de su padre.  Sin embargo, era un joven con disciplina y carácter.  Las fortalezas que tenemos que nos permiten ver las cosas desde otro ángulo o perspectiva. 
Cuando nadie lo estaba mirando, luchó contra animales peligrosos y enfrentó gran riesgo para proteger las ovejas de su padre.  David enfrentó las fieras, luchó contra éstas hasta dominarlas y vencerlas.  Tanto la disciplina como el carácter se van formando con las experiencias que tenemos en privado.
Su hermano, cuestionó su intención de enfrentar el desafío con ásperas palabras.  En ocasiones, personas significativas reaccionan de igual forma.  En lugar de brindar una palabra de ánimo o apoyo buscan disuadir.  David se alejó de las expresiones de su hermano.  Esto no quiere decir que no escuchemos o rechacemos palabras de personas significativas.  David fue sabio en no aceptar las expresiones y persistir.
El rey Saul no creyó en David.  Al verlo le expresó: “no puedes contra el filisteo”.  “Eres un muchacho y él un hombre de guerra”.  Así ocurre, algunos no creerán que puedes.  Otros dirán que no tienes probabilidades.  Son obstáculos para enfrentar y superar.
David le expresó con valentía al rey Saul su disposición y disponibilidad para enfrentar el desafío.  Le manifestó las experiencias que le prepararon para ese momento. Reconoció que su confianza no estaba puesta en sus habilidades sino en Dios.
El rey Saul le ofreció su armadura.  David la tomó, pero al ver que no le servía cambió la estrategia.  Echó mano de las cosas que dominaba y conocía.  Tomó su honda, las cinco piedras, se lanzó hacia el reto y venció.
Existen tantas cosas que podemos visualizar como gigantes: iniciar estudios universitarios, emprender un negocio propio, el matrimonio o quizás un ministerio.  Entrega tus planes, proyectos, retos y desafíos en las manos del Señor. 
David tuvo una visión diferente de la situación.  No vio a un gigante sino a un pagano irreverente frente a él.  Ante el desafío no te amilanes.  Aunque muchos señalen lo que no tienes, Dios mira tu corazón.  En lo privado Él te prepara para grandes cosas. 
En la vida irás superando obstáculos que te permitirán desarrollar disciplina y carácter.  Acepta el buen consejo, pero no permitas que ideas o pensamientos de terceros te hagan desistir.  Persiste, aunque otros quieran imponer sus “armaduras” sobre ti.  Trabaja con los dones y herramientas que Dios te da.  
El salmista David expresó: Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. – Salmo 37:5
No dependas de las circunstancias ni de tus propias fuerzas sino vive y descansa en las promesas de Su Palabra.  Aférrate a la fe y enfrenta el desafío. ¡En Su Nombre vencerás!
Reflexión Recomendada: No Temas 

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