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¿Dónde Están Puestos Tus Ojos?
Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto
“Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
—¡Sálvame, Señor!
– Mateo 14:30
La biblia relata un suceso en Mateo 14:22-33 de la cual podemos aprender muchas cosas, pero quiero concentrarme en el hecho de donde ponemos nuestra mirada cuando las circunstancias que tenemos alrededor son adversas.
La historia en Mateo 14:22-33 cuenta que luego de Jesús haber hecho un milagro de alimentar a más de 5 mil personas con 5 panes y 2 peces, Jesús se fue a orar y envió a sus discípulos a la barca para que pasaran al otro lado. Cayó la noche y comenzó una tormenta que trajo olas y el viento estaba en contra de la barca donde ellos iban. Cuando Jesús terminó de orar era ya de madrugada y fue hacia la barca. En medio de la oscuridad y la tormenta, obviamente, los discípulos se asustaron. Nadie pensaría que no era para asustarse, ya que no es algo normal lo que estaba sucediendo. Entonces, Pedro que era un hombre bastante intrépido, basado en las historias que cuenta la Biblia de él, le pidió a Jesús una prueba de que era él. La prueba era que le permitiera ir sobre las aguas para llegar hasta donde él. ¡Atrevido! ¿Verdad? Jesús, que es Dios todo poderoso, le permitió ir, pero aquí viene lo que quiero resaltar: Mateo 14: 29-31
29 —Ven —dijo Jesús.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús.
30 “Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
—¡Sálvame, Señor!
*** Pedro se lanzó al llamado de Jesús, pero la tempestad no se calmó.***
*** Cuando Pedro comenzó a caminar comenzó a mirar y sentir las circunstancias adversas que le rodeaban y eso le hizo tener miedo.***
*** Pedro quitó la mirada de Jesús y por eso comenzó a hundirse.***
Pedro , tuvo una experiencia que nos puede suceder a cualquiera de nosotros aun estando en los caminos del Señor.
Hay varios asuntos que quiero resaltar de la situación de Pedro con los cuales debemos examinar nuestras vidas. Pedro,
Conocía personalmente a Jesús.
Había aceptado seguir a Jesús. Era uno de sus discípulos.
Había visto las maravillas que Jesús podía hacer. (Poco antes de la situación de la barca había visto cómo había alimentado a más de 5 mil personas).
Le pidió una señal de que él era el que estaba con ellos.
Aceptó el llamado y comenzó a caminar en él.
Cuando la tempestad lo rodeó, su humanidad salió a relucir y con ello entró el miedo y la duda.
“ 31 Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:
—¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?”
Jesús, no desecha a Pedro por su humanidad, al sentir miedo. Todo lo contrario, lo toma por la mano para salvarlo. ¡Que Dios de Amor!
Jesús, confronta a Pedro con su condición humana de duda y miedo cuando lo que estaba viviendo era un momento espiritual que necesitaba mostrar algo espiritual que se llama fe.
Pedro no había podido caminar sobre las aguas porque tuviera algo humanamente que lo hiciera posible. No es normal para los humanos caminar sobre el agua. Según la ciencia física esto es imposible. Pedro había podido caminar sobre el agua por algo sobrenatural. Porque Jesús lo había permitido. Por lo tanto, tenía que seguir confiando y caminando en lo espiritual. Tenía que seguir caminando por fe (en Jesús).
La duda es un sentimiento humano que está totalmente opuesto a lo espiritual que es la fe. Dios quiere que vivamos en lo espiritual y que confiemos plenamente en Él. Él nos llama a que caminemos, no por lo que vemos o sentimos, sino por lo que Él ya nos ha dicho y prometido. Dios quiere que caminemos con nuestra mirada en Él y no en nuestras circunstancias. Dios quiere que, en medio de nuestras tempestades, que todos las podemos tener en algún momento de nuestras vidas, sigamos caminando en el llamado que Él nos ha hecho.
Así que la pregunta de hoy es: ¿Dónde están puestos tus ojos? En Jesús y sus promesas o en tus circunstancias. ¡Cuidado! Si te fijas en tus circunstancias, te puedes hundir. Dios quiere que camines sobrenaturalmente, por su llamado.
Bendiciones
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