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La Intimidación No Impedirá que Completemos el Trabajo que Dios Nos Encomendó

el trabajo que Dios nos encomendó
Sandra Quiñones Barriera

Sandra Quiñones Barriera

Oh Dios mío, acuérdate de todo lo que he hecho por este pueblo y bendíceme.
– Nehemías 5:19 (NTV)
Nehemías 5-6 encierra todos los motivos para abandonar el propósito para el cual Dios nos ha llamado: oposición, situaciones económicas, personales y familiares, agotamiento físico, persecución, amenaza, intimidación al grado de temer por la vida; aparte de experimentar desconfianza aun de los que están a nuestro lado.  El cuadro de lo que estaba viviendo Nehemías era confuso.  Pienso que, en más de una ocasión, en su intimidad, le habrá pedido explicación a Dios por lo que estaba viviendo, aun cuando había abandonado todo para hacer su voluntad. 
¿Cuántos de nosotros en algún momento le hemos dado cabida a la duda, a causa de la oposición?
Quiero ser responsable, pero te tengo noticias, //el enemigo no dejará de intimidarte//.
¿Como?
Al aceptar el llamado de Dios, le has hecho la guerra al enemigo y su trabajo será tratar de frustrar tu encomienda. Por lo que es importante que estés prevenido y conozcas sus estrategias. El pretenderá dejarte en vergüenza para evitar que alcances el propósito para el cual fuiste llamado. Su rol es dañar, robar y matar (Juan 10:10).  Atacará tus sueños y lo hará de una manera descarada.  Deseará desanimarte y drenar tus fuerzas.  Intentará hacerte pensar que no eres merecedor/a de la gracia de Dios.  Él es experto en mentiras con una extensa variedad de artimañas.  Buscará utilizar a la gente que está a tu lado para herirte y confundirte, al grado de llevarte a dudar de tu llamado.
¿Sabías que la Biblia es un indicador parecido a los semáforos?
Precisamente, es la palabra la que te dará las instrucciones correctas de detenerte, continuar con precaución o proseguir con seguridad.  
¿Sabes que en la Biblia siempre encontrarás una palabra de aliento y sostén para tus días difíciles?
¿Entiendes qué, como parte de tu llamado, aprenderás a depender totalmente de tu padre celestial?
2 Timoteo 1:7 dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
¿Crees que fue fácil para Nehemías cumplir con el llamado de Dios?
No; ningún llamado será fácil.  Pero, hay algo claro y es que la presencia de Dios estará contigo.  Te atacan a ti, pero te defiende un Dios fuerte y poderoso.
1 Samuel 17:45 dice: “Entonces dijo David al filisteo: «Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.”
Ciertamente el enemigo no dejará de intimidarte, pero también sabemos que, Dios no dejará de defendernos.
Deuteronomio 31:6 (NTV)
¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará».
Aun cuando nuestros familiares y conocidos se levanten contra nosotros, tengamos en cuenta que el enemigo opera a través de ellos, no es una lucha personal; es espiritual.  Ir en contra de ellos es una lucha vana, que te dejará sin fuerzas.   Es un momento de crecimiento el que estarás experimentando y tendrás que orar para que Dios los prospere.
Hebreos 13:6 (DHH)
Así que podemos decir con confianza:
«El Señor es mi ayuda; no temeré.
¿Qué me puede hacer el hombre?»
Como ya debes haber entendido, lejos de abandonar lo que Dios ha puesto en nuestras manos, es tiempo de afianzarnos, establecernos, conociendo que los tiempos de Dios son perfectos.   La construcción de los muros toma tiempo y siempre habrá oposición, pero al final, tendremos una muralla firme y segura.  
Entreguemosle a Dios nuestros enemigos. Confiemos en lo que Dios está haciendo.  Vivamos con la seguridad de que Dios va delante de nosotros.  Él es fiel y nos dará la victoria.  Mientras, ora como Nehemías, con mucha vehemencia, sabiendo que Él conoce la petición de nuestro corazón:
Nehemías 5:19 (NTV)
Oh Dios mío, acuérdate de todo lo que he hecho por este pueblo y bendíceme.
Bendiciones

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