fbpx

La Lengua como Medicina

franciele-cunha-yw7S7xPXczs-unsplash
Jacqueline Rodríguez

Jacqueline Rodríguez

Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.”
– Proverbios 12:18
¡Hay hombres y también hay mujeres! Como esposas debemos conocer el poder de nuestra lengua; podemos construir un hogar feliz o lo opuesto solo con nuestra boca. He visto la diferencia en mi hogar. En ocasiones señalamos de una manera injusta el proceder de nuestro cónyuge, sin saber que con esta acción solo logramos efectos negativos y destructivos. 
Me fascina la creatividad de mi esposo, pero esa creatividad solo surge cuando el ambiente es propicio para ello. En estos días, fui al supermercado y de repente me veía buscando aquellas cosas que sabía que le gustaban a él. Y es que él también lo hace conmigo, es el detalle de que pensó en mí y me trajo algo; un pastelillo de guayaba o tal vez mi chocolate favorito.
No hay nada mejor que consentir a tu pareja.
Es necesario que le digamos a nuestra pareja una palabra de aliento, un piropo, lo mucho que nos agradó su detalle y juntos motivarnos a ser mejores cada día. Las palabras no se las lleva el viento como solíamos escuchar en un refrán popular, sino que afectan nuestras emociones y conducta.
La palabra nos enseña a refrenar nuestra lengua.El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.” Prov. 13:3.
Seamos prudentes, tengamos en nuestra boca frases de estímulo, como, que bien te ves hoy, me encanta como te queda esa camisa, eres el amor de mi vida, me encantas…
Muchas veces, no son estas las frases que decimos si no que los reproches salen de manera espontánea.
 Y es que: Con ella bendecimos a Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición Santiago 3:9-10. 
Por tanto, la biblia nos advierte para que evitemos ofender y herir a otros, sobre todo, a este ser especial en nuestras vidas, a nuestro compañero de viaje.  ¡Dios les bendiga!

Compártelo