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La Paciencia Sobre Todo en Esos Dias del Mes
Jacqueline Rodríguez
He escuchado a muchas personas pedir por paciencia. De hecho, en una clase que tomé recientemente por Zoom tuve una compañera de Pensilvania. La petición de oración, que mi compañera tenia era que Dios le añadiera paciencia para poder manejar la educación desde el hogar de sus 4 niños pequeños. Ella decía que era difícil mantener la armonía en el hogar y que estaba perdiendo la paciencia rápidamente. Ciertamente la paciencia es un fruto del espíritu y una gran virtud. Muchas personas reaccionan rápidamente a diversas situaciones y en ocasiones hieren o resultan heridos. En el matrimonio no es la excepción.
Nosotras, las esposas, en ocasiones, o mejor dicho todos los meses, pasamos por momento difíciles. Lidiar con niños y con el esposo especialmente cuando nos encontramos tan sensibles, es una tarea ardua. Es allí cuando reaccionamos rápidamente, nos malhumoramos, decimos cosas que no queríamos decir, pero por alguna razón, podemos perder la paciencia. En el matrimonio, desearíamos, todo marchara, según Dios lo diseñó y así debería de ser, pero la realidad es que somos dos pensamientos, dos corazones y podemos diferir en opiniones; lo importante es evitar desquitar nuestro coraje o momento de debilidad con nuestro conjugue. Se escucha fácil pero no lo es, requiere de nuestra paciencia y disciplina para esperar el momento correcto para conversar con nuestro esposo.
Me ha ocurrido que me he molestado mucho por algo que en ese momento parecía grande e importante y días después estoy pensando, en el porque me molesté por un detalle tan sencillo como ese. Lo fundamental es no utilizar esta situación como disculpa para el pecado. En Efesios 4:26 nos dice lo siguiente:
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”.
Es necesario seguir este mandato, evitar el pecado y resolver nuestras diferencias lo antes posible, mejor si no lo resolvemos antes de dormir.
¡Sean bendecidos!
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