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¡La Tumba está Vacía!

La Tumba está Vacía
Reinaldo L. García Pérez

Reinaldo L. García Pérez

y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
– Lucas 24:5
Que hermoso considerar este pasaje, en esta época.  Cada Evangelio trata la Resurrección a su manera, aunque ninguno describe cómo ocurrió. Algunas cosas están claras en los cuatro: 
  • la tumba vacía, 
  • el protagonismo de las mujeres en las primeras apariciones 
  • y el asombro de los discípulos para creer que la Resurrección había ocurrido.
Nos describe el apóstol Lucas que varias mujeres llegaron temprano en la mañana hasta el sepulcro. Ellas habían preparado especias aromáticas para ungir el cuerpo sepultado. Es evidente que, estas mujeres que llegaron al sepulcro amaban a Jesús. Pero en lugar de encontrar el sepulcro sellado encontraron que la piedra estaba removida.
No olvidemos que Jesús fue ubicado en el sepulcro de un hombre rico. La tumba tenía una puerta circular elaborada en forma de disco plano de piedra, como una piedra de molino. La pesada piedra fue instalada en la entrada para evitar la entrada de los intrusos. Para abrir la tumba, se necesitaba la fuerza de varios hombres para deslizar la piedra.
Pero al llegar al sepulcro encontraron la piedra removida. ¡Me imagino el asombro! ¡Mayor fue la sorpresa cuando entraron al sepulcro y no encontraron el cuerpo de Jesús!
El apóstol Lucas nos describe que dos varones con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas y les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. 
El ser humano necesita a Cristo.  El ser humano necesita un encuentro con el Cristo resucitado.  Muchos nos hemos acercado a la iglesia buscando llenar un vacío, tratando de satisfacer esa sed espiritual.  En muchas ocasiones hemos llegado necesitados, heridos y lastimados y encontramos en Cristo la respuesta para nuestras vidas.
  • Estuvimos hambrientos y descubrimos que Jesús es el pan de vida (Juan 6:35-48).
  • Estuvimos perdidos, en tinieblas, pero descubrimos que Jesús es la luz del mundo (Juan 8:12, 9:5)
  • No teníamos acceso al Padre, pero descubrimos que Jesús es la puerta (Juan 10:7)
  • Estuvimos descarriados y desamparados y encontramos en Jesús el buen pastor (Juan 10:11-14)
  • Por el pecado merecemos la muerte y no teníamos esperanza, pero Jesús es la resurrección y la vida (Juan 11:25)
  • Sólo Jesús es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6)
  • Jesús es la vid verdadera (Juan 15:1-5) Sin Cristo, nada podemos hacer.
En Juan 11:23-27, describe el encuentro de Jesús con Marta, la hermana de Lázaro.
23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Los que hemos conocido al Señor, tenemos esperanza y podemos proclamar como Marta: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.  
La tumba vacía es testimonio del poder de Dios.  
  • La tumba vacía proclama a Jesucristo vencedor sobre el pecado y la muerte.  
  • La tumba vacía es testimonio de la victoria de Cristo en la cruz.  
  • La muerte no lo pudo retener. ¡ALELUYA!  
  • La tumba vacía es la garantía de que Cristo vendrá y resucitará a los suyos.
Recibe a Cristo, quien venció la muerte y el pecado en la Cruz.  Sólo en Cristo somos reconciliados con Dios y tenemos vida eterna.  Reconoce a Cristo como Señor y Salvador para que juntos podamos proclamar: ¡La tumba está vacía! ¡Cristo ha resucitado!  ¡Aleluya!

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