fbpx

Levántate y Anda

levántate y anda con Dios
Picture of Reinaldo L. García Pérez

Reinaldo L. García Pérez

«Mas Pedro dijo: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”
– Hechos 3:6
Pedro y Juan discípulos de Jesús, subieron al Templo para orar, aproximadamente las tres de la tarde.  En la entrada del templo, llevaban a un hombre cojo de nacimiento, para pedir limosna. Este detalle es importante porque este hombre por su condición era inválido. Requería la asistencia de otros para su movilidad.  Al pedir limosna, interaccionaba con todos los que visitaban el templo.  Todos le conocían.
Esta persona al ver a Pedro y Juan les pidió dinero. Pedro le respondió: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”.  En ese instante el hombre fue completamente sano.
La Escritura nos dice que este hombre saltó, se puso en pie y anduvo.  Puedo imaginar el gozo, la alegría, el regocijo de esta persona alabando a Dios.  El pasaje señala que todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios.  
El pueblo reaccionó con miedo y asombro.  Todos le reconocían, sabían quién era, conocían de su condición.  
Ante el asombro y el espanto de la multitud por el milagro que presenciaron, el apóstol Pedro se dirige al pueblo:
  • ¿Por qué poneis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?
Pedro quiere dejar claramente establecido que él no hizo andar al hombre.  No se adjudicó lo que está pasando, no se acreditó lo ocurrido.  Pedro testificó (dio testimonio) del poder de Dios.
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús (ha dado el más alto honor a su siervo, ha honrado) ha resucitado de los muertos; ha confirmado su nombre (por la fe en su nombre, hay poder en su nombre), ha dado a éste completa sanidad, ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas.
Pero el apóstol Pedro trae a memoria lo que hicieron contra Jesús: entregaron a Jesús y le negaron delante de Pilato; negaron al Santo y al Justo, pidieron que en su lugar dieran en libertad a un homicida, mataron al Autor de la vida
Pedro les anuncia que esta persona, a quien ellos conocían, a quien ellos les constaba su limitación de movimiento, les constaba que no podía actuar con independencia recibió completa sanidad por la fe en el nombre de Cristo.
El apóstol hace un llamado a la consciencia para que comprendieran lo que Dios hizo por medio de Jesucristo versus lo que el pueblo hizo con el Cordero de Dios.  La Palabra nos dice en el primer capítulo de Juan que: “a lo suyo vino, más los suyos no le recibieron”.  
El apóstol los retrató y como diría la Dra. Nancy Álvarez: Quedaron feos para la foto y peor para el video.  Porque si vamos a considerar quien tiene la razón, no quedaron bien parados.
(me consta) que lo hicieron por ignorancia. Recordemos las palabras de Cristo en la cruz: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
El apóstol los llama al arrepentimiento y les invita a cambiar su rumbo.  Este llamado no se da un vacío.  
Qué tal si corremos ante el Padre.  Sí, así como estamos.  Tal cual somos.  Qué tal si nos postramos ante Él con la actitud correcta, reconociendo que hemos fallado, que hemos faltado, que no merecemos su bondad ni misericordia.  Qué tal si le pedimos que nos dé un nuevo corazón.  Como dijo David: 
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

Reflexión Recomendada: Vivir Confiado

Compártelo