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Liderando con el Ejemplo

Liderando con el Ejemplo
Reinaldo L. García Pérez

Reinaldo L. García Pérez

 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
– Éxodo 24:12
Moisés es llamado al monte, y permanece allí, a cierta distancia, durante seis días.  Es decir, «Espera continuar allí por un tiempo considerable».  Los que quieran tener comunión con Dios no sólo deben RESPETAR las ordenanzas, sino que deben CUMPLIRLAS.
«Sube y te daré una ley para que les enseñes.»
Moisés les enseñó lo que había recibido del Señor.  Fue fiel tanto a Dios como a Israel, y no añadió ni quitó nada.  Se mantuvo fiel a las instrucciones que recibió.
Una nube cubrió el monte durante seis días, una muestra visible de la presencia especial de Dios allí. Durante estos seis días, Moisés permaneció esperando en la montaña. Dios probó así la paciencia de Moisés y su obediencia a ese mandato: “Estar allí”.
Si Moisés se hubiera cansado antes del séptimo día (como Saúl, 1 Sam. 13:8, 9), y hubiera dicho: ¿Qué debo esperar más del Señor? habría perdido el honor de entrar en la nube; pero vale la pena esperar la comunión con Dios. Y es conveniente estar listos, preparados para lo que Dios tiene.
El Salmo 103:7, expresa: Notificó sus caminos a Moisés y el pueblo vio sus obras.  Dios llama a hombres y a mujeres a tener comunión con El.  Dios llama a hombres y mujeres entendidas que le reconocen.  Dios anhela tener encuentros con hombres y mujeres que le honran con Él se merece.  Son los instrumentos, quienes, en obediencia, están dispuestos a ponerse en Sus manos.
El pasaje nos habla que, a Moisés le acompañaron “los ancianos”. Podemos entender que eran los líderes o cabezas de familia.  Si lo traemos a nuestro contexto, como Comunidad de Fe, los que ministran y los que sirven.
¡Que hermoso es cuando los líderes siguen las instrucciones de Dios!
Ministrar es un privilegio.  No busca impresionar con habilidades o talentos, sino glorificar a Dios, quien da las habilidades y talentos.
Los ministerios edifican el cuerpo de Cristo.  A todos y todas quienes lideran, el apóstol Pablo comparte con Timoteo un consejo sabio, que se encuentra en 1 Timoteo 4:12 – “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
  • Amando a Cristo, somos ejemplo.
  • Rendidos a los pies de Cristo, somos ejemplo.
  • Aceptando con humildad la guía y corrección del Señor, somos ejemplo.
Pero, qué tal si ampliamos el concepto: líder
  • Cada uno de nosotros es un líder. 
  • Nada tiene que ver con un título o un puesto.
Un líder es una persona significativa.
  • Una persona que influye.
  • Una persona que inspira.
  • Una persona que impacta su entorno.
Quizás no lo había considerado como se lo estoy planteando, pero aplica:
  • al matrimonio.
  • a la paternidad y maternidad sobre sus hijos(as).
  • como familiar.
  • como vecino en su comunidad.
  • como empleado en su trabajo.
  • como estudiante en la escuela.
¡Que nuestras vidas edifiquen a todos los que nos rodean! ¡Seamos líderes con el ejemplo!

Reflexión Recomendada: ¡Te Necesito!

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