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Salto de Fe
Reinaldo L. García Pérez
«Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.»
– Salmo 37:5
Confiar en otra persona es un gran reto. Según la sociología y la psicología social, confiar es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación. Implica una esperanza firme, es un depósito de seguridad.
Interaccionamos con muchas personas a diario. Al compartir vamos desarrollando impresiones positivas o negativas que nos permiten tener una idea de cómo es. Quiero resaltar que tener una idea de una persona no es realmente conocerlo (la).
Esto me recuerda una anécdota sobre un alpinista que se preparó por largo tiempo para conquistar una gran montaña. Pero su ambición era tal que, conociendo todos los riesgos, inició su travesía sin compañeros.
Empezó a subir y el día fue avanzando, se fue haciendo tarde y más tarde, y no se preparó para acampar, por lo que decidió seguir subiendo para llegar a la cima ese mismo día. Pronto oscureció. La noche cayó y ya no podía ver.
Subiendo por un acantilado, a unos cien metros de la cima, se resbaló. Caía a una velocidad vertiginosa y en segundos, pasaron por su mente momentos de su vida, pensaba que iba a morir, pero de repente sintió un fuerte tirón.
Como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar: «¡Ayúdame, Dios mío, ayúdame, ¡Dios mío!».
De repente una voz desde los cielos le contestó:
«¿Qué quieres que haga?»
Él respondió: «Sálvame, Dios mío».
Dios le preguntó: «¿Realmente crees que yo te puedo salvar?»
«Por supuesto, Dios mío», respondió.
«Entonces, corta la cuerda que te sostiene», dijo Dios.
Siguió un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y pensó en la propuesta divina.
Al día siguiente, el equipo de rescate que llegó en su búsqueda, lo encontró muerto, congelado, colgado a dos metros del piso.
Cuántas veces hemos reaccionado así. Tendemos a seguir nuestro instinto y nos lanzamos convencidos de que las condiciones estarán a nuestro favor. Yo me confieso, muchas veces. Sin embargo, he aprendido que confiar en su Palabra y seguir su dirección es lo mejor.
Proverbios 19:21, expresa: Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.
Dios, todopoderoso; creador del cielo y la tierra, te hizo. Te formó en el vientre de tu madre. Él te conoce como nadie. Él tiene un propósito contigo y lo que Él establece prevalecerá. Jehová cumplirá su propósito en tu vida y en la mía.
Le reconoces cuando pones tu vida en las manos del Señor. Cuando en tu corazón le das el primer lugar, el lugar que se merece, Dios te recompensará.
Reflexión Recomendada: Se Ejemplo
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