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¡ Señor, Sálvame !

Señor, Sálvame
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Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

«..Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: —¡Sálvame, Señor! Al momento, Jesús lo tomó de la mano…»
– Mateo 14:29:31 DHH
Mi esposo y yo practicamos de forma recreacional el «Paddling». Es una actividad que disfruto mucho, porque me relaja observar las bellezas de la naturaleza, el agua del mar, el sonido de las olas y la brisa. Los mejores momentos son cuando decimos: «esta como un plato«. Eso significa que el mar está bien calmado, no hay casi olas y el viento es mínimo.  
Sin embargo, hemos tenido momentos en los que nos hemos lanzado con todo en calma y durante la trayectoria inesperadamente todo ha cambiado. De hecho, hemos tenido momentos donde nos ha alcanzado la tormenta de lluvia con rayos y por ello hemos sentido nuestras vidas en peligro. ¿Que hemos hecho en esos momentos?  1. Orar por la cobertura de Dios, y 2. Poner en práctica todo lo que sabemos para llegar a un lugar seguro. En ese proceso nos hemos sentado,  acostado, hemos tratado de avanzar y otras veces hemos tenido que parar a descansar. Las estrategias pueden haber sido diferentes,  lo que nunca cambió fue  la meta; que era llegar sanos y salvos a puerto seguro. 
Mientras miraba hoy el mar que se veía tan calmado «como un plato»,  pensaba en nuestras vidas como individuo, pareja y familia. Comenzamos un camino de forma tranquila, esperando que todo salga bien, que todo esté tranquilo, pero a todos nos llegan momentos difíciles o de tormentas inesperadas. Es en esos momentos, cuando no debemos quitar nuestra mirada de la meta; la salvación. Es en esos  momentos cuando debemos gritar: ¡ Señor, Sálvame ! y tomar la mano de nuestro Dios para sobrepasar la tormenta. Es en esos momentos, cuando debemos hacer nuestra todas las estrategias que Dios nos ha dado a través de su palabra.  
Aquí algunas de esas estrategias para nuestros momentos de tormenta: 
  1. Ora creyendole a Dios: Confíen a Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes.” (1era Pedro 5:7 PDT
  2. Llena tu mente y boca del pensamiento correcto: La Palabra de Dios. “Medita día y noche el libro de esta ley teniéndolo siempre en tus labios; …(Josué 1:8(a)BLP
  3. Haz lo correcto: Según La Palabra de Dios.  “…si obras en todo conforme a lo que se prescribe en él (libro de la ley), prosperarás y tendrás éxito en todo cuanto emprendas”  (Josué 1:8(b)BLP)
Hoy, en medio de tu tormenta Dios te vuelve a decir como Jesús le dijo a los discípulos: 
Jesús les habló de inmediato: —No tengan miedo —dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!      
(Mateo 14:27 NTV)

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