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Confesión Es…

un encuentro con Dios
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Reinaldo L. García Pérez

«De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.»
– Job 42:5
En Puerto Rico tenemos “refranes” que son expresiones populares que los locales comprenden. Entre estas, cuando decimos: “buscamos a quien echarle los veinte” – se intenta encontrar a un culpable que nos libere cuando somos confrontados.
Me llama la atención que la conducta del ser humano porque tendemos a no aceptar, a no reconocer un señalamiento ya sea por orgullo, miedo o simplemente buscando evadir las consecuencias. 
Entre los refranes de pueblo expresamos: “la culpa es huérfana” cuando nadie quiere asumir la responsabilidad.  Sin embargo, las personas responsables enfrentan las consecuencias de sus actos.
Buscando y rebuscando, encontré dos (2) definiciones para la palabra confesión. Confesión es una declaración o reconocimiento que hace una persona de un error, una falta o un delito, especialmente cuando lo hace ante un juez.
La segunda definición, expresa: declaración voluntaria que hace una persona de una idea, de un sentimiento o de algo que sabe y que antes no había hecho explícito.
La Biblia describe a Job como un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.  Cuando leo el pasaje, pienso en Job como una persona cotidiana y a la vez piadosa.  Este detalle es muy interesante porque Job era un hombre muy rico.  Aunque contaba con extraordinarios recursos, tenía la humildad de reconocer a Dios como Su Proveedor.
Luego de perderlo todo, incluso sus hijos, la Biblia nos describe que Job adoró. 
Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. – Job 1:21
En su adversidad, enfrentando calamidades Job tiene un encuentro con Dios.
Dios le confronta por sus expresiones.  Job reconociendo su frustración confiesa que había hablado en ignorancia.
¿Cuántas veces reaccionamos así? Pensamos que lo sabemos todo cuando en realidad no sabemos nada.  La adversidad expone lo que verdaderamente guardas en tu corazón.   
Sin embargo, Job al ser confrontado por Dios en lugar de justificarse o evadir, confiesa:
De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Job 42:5
Si consideramos las expresiones de Job, vemos a un hombre que reconoce a Dios.  El admite que es finito ante Dios.  El hombre nada puede ocultar a Su Creador.  ¡Es imposible!
Job reconoce que el aspecto más poderoso del encuentro fue la simple, amorosa y poderosa presencia de Dios en medio de lo sufrido.  Dios estaba con él en su crisis.  Job estaba conmovido por la maravillosa presencia de Dios.
Es mi oración, que no nos conformemos con adorar de oídas, sino que tú y yo adoremos como Job, maravillados por Su Presencia.

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