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Los Valientes de David

una persona valiente
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Mayda E. Pellot Cecilia

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
– Filipenses 4:13
¿Te has visualizado como una persona valiente? Valiente es un término muy preciado, es una cualidad muy valiosa en nuestras vidas. Sin embargo, en muchas ocasiones la definimos erróneamente, pensando que significa ausencia de temor. 
Cuando pienso en alguien valiente, recuerdo a David. El intrépido jovencito que enfrentó a osos y leones para proteger a sus ovejas. El mismo que venció al gigante solo con una honda y varias piedras, el gran Rey que conquistó ciudades. Vemos a este joven como un héroe que logró grandes hazañas por su valentía. Sin embargo, si consideramos su historia descubrimos que su confianza y dependencia en Dios eran la razón por la cual él pudo enfrentar cada uno de estos obstáculos y vencer.  David reconocía que sus triunfos no dependían de su fuerza o destrezas.  Descubrir la fuente de su seguridad nos lleva a conocer un corazón bien arraigado a su Dios. 
En 1ra de Samuel 17:45, David habla a Goliat diciéndole: “Tu vienes contra mí con espada, lanza y jabalina más yo vengo contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos”. David sabía que estaba destinado a ganar la batalla, porque no era su guerra sino la de Dios.  Su confianza estaba puesta en Dios todopoderoso, a quien había aprendido a conocer allá en el campo; en la intimidad de su presencia. Él sabía que Jehová Dios era fiel y no lo abandonaría. Como David debemos aprender a guerrear valientemente en oración y buscando la guía de Dios, proclamando su palabra sobre cada una de nuestras batallas y circunstancias.  
Dios escogió a David para ser Rey de Israel. No lo escogió por ser fuerte o valiente, sino porque conocía de su amor y disposición para agradarlo. No creas que David era un hombre perfecto y que nunca sintió miedo. Vemos en la palabra que muchas veces se equivocó y que, en ocasiones, como cuando Saúl lo buscaba para matarlo, tuvo temor y se escondió, pero su confianza estaba puesta en Dios y desde su ansiedad o sufrimiento iba al Padre a pedir su dirección. 
Quise titular esta reflexión: Los valientes de David, porque en ocasiones pensamos que no somos importantes. Que Dios no nos dio la capacidad de hacer grandes cosas ya que ni siquiera podemos con el peso de nuestra vida diaria. Incluso, nos descalificamos pensando que no podremos lograr alcanzar metas de vida propuestas o aceptar el ministerio al que Dios nos llama.
En ocasiones, abrazamos el temor y evitamos enfrentar los retos por miedo al fracaso. Pero te tengo una buena noticia, Dios no mira lo que mira el hombre (ser humano) Él mira el corazón y tiene un propósito para tu vida. Él es el que pone el querer y también te ayuda en el hacer.
Sabes, ¿Quiénes eran los valientes de David? 1ra de Samuel 22:2 nos describe a estos valientes como hombres afligidos, endeudados y con amargura de espíritu.  Llegaron a reunirse con David cuando este se escondía en la cueva de Adulam. Definitivamente no eran los 400 hombres que David escogería para establecer su ejército, pero fueron los soldados que Dios le envió. Personas comunes, con problemas reales y que sólo dispuestos a ser guiados por Dios a través de David podrían convertirse en un gran ejército. Por sus grandes proezas llegaron a ser conocidos como los valientes de David.  Pero en el proceso, lidiaron con sus propios temores, problemas y ansiedades. Tuvieron que someterse a los comandos de David, ser responsables y prudentes (II Samuel 21:15-17) esforzarse hasta el cansancio y ser leales a sus convicciones. Esto los llevo a ser vencedores.
Al igual que David y sus valientes, tú y yo, enfrentamos cada día adversidades; situaciones en las que debemos esforzarnos, ser prudentes, pedir la guía de Dios y no rendirnos para lograr la victoria.  Si reconocemos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador podemos decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” – Filipenses 4:13.
A ti amigo/a que, que enfrentas el momento de la enfermedad, escasez o estas en proceso de tomar una gran decisión; no menosprecies tu vida ni los talentos que Dios te ha dado.  ¡Sé valiente! Más allá de tus propias fortalezas o debilidades, clama a Dios que te da la sabiduría y el poder para enfrentar las situaciones.
Aunque a veces no lo puedas ver o sentir, Dios está obrando. Ten fe y la seguridad de que el Dios todopoderoso está a nuestro lado librando cada batalla.  Él es el Dios de propósito y tiene uno para tu vida.
¡Que Dios te bendiga!

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Mayda E. Pellot Cecilia

Sobre la autora:

Mayda E. Pellot Cecilia es Consejera Profesional Licenciada. Trabaja para la Universidad Interamericana de Puerto Rico en el Recinto de Arecibo. Desde su niñez es miembro activo en la Iglesia Presbiteriana Montclair en Isabela, Puerto Rico. Su pasaje bíblico favorito es Romanos 8:28 - Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

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