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Una Vida Con Propósito
Reinaldo L. García Pérez
Muchos son los planes en el corazón del hombre, Mas el consejo del Señor permanecerá. – Proverbios 19:20 (NBLA)
El Dr. Myles Munroe, reconocido orador y motivador internacional expresó una gran realidad: «El lugar más rico del mundo no son las minas de oro de Sudáfrica o los campos de petróleo de Irak o Irán. No son las minas de diamantes de Sudáfrica o los bancos del mundo. El lugar más rico del planeta está justo al final del camino… es el cementerio. Allí se enterraron compañías que nunca se iniciaron, inventos que nunca se hicieron, libros superventas que nunca se escribieron, y obras maestras que nunca se pintaron. Porque allí yacen sueños, metas, ideas, inventos, aspiraciones, visiones, canciones, música, arte, creaciones que no se hicieron realidad. En el cementerio está enterrado el mayor tesoro de potencial sin explotar».
Dios creó al hombre con propósito. Lo ubicó en el huerto del Edén para que lo labrase. Le dio una compañera y lo bendijo. Sin embargo, la respuesta del hombre hacia las bondades de Dios son las mismas hoy día: desobediencia y rebelión. El hombre optó por no seguir las instrucciones de Dios, evidencia del eterno conflicto entre lo correcto y lo conveniente.
Dios es un Dios de propósitos. El te creó y le pertenecemos. Sin embargo, en nuestro caminar tomamos decisiones sin considerar a Dios e inevitablemente sufrimos las consecuencias. El deseo de Dios es bendecirte, pero la bendición de Dios está reservada para los que le temen.
El hombre puede soñar, aspirar, planificar, generar ideas, estudiar, esforzarse y trabajar hasta el cansancio, pero la última palabra la tiene Dios. El hombre propone y Dios dispone.
En Génesis 12, Dios llamó a Abram. Le solicitó que se separara de su tierra y sus parientes, para dirigirse a un lugar que él le iba a mostrar. ¡WOW! Eso no es cualquier cosa. Pero Dios le prometió: “te bendeciré …y serás bendición”. Y Abram se fue, como Dios le dijo (Gen.12:4).
Dios tiene lo mejor para ti. Cuando Dios, nuestro creador dirige tus sueños, tus planes y esfuerzos, las cosas cambian. El Salmo 40:4(a) expresa: Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza. Poner tu confianza en Dios implica hacer lo que Dios te dice, cuando y como Él lo dice.
¿Te atreves creerle a Dios?
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